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domingo, 15 de junio de 2008

Un vicio a mano armada



Me di cuenta que este blog lo leen muchos periodistas, y como no hago sino darles palo hoy los dejo descansar, lo cual no quiere decir que me hayan convencido de algo diferente a aquello en lo que creo ciegamente y me parece una insensatez no reconocer: El periodismo colombiano no está a la altura de las circunstancias. Pero sin querer, ya les estoy dando palo, así que cambio de tema.

Como Colombia no jugó ayer a nada, así algunos digan que empezamos jugando bien o que el primer tiempo era digno de un equipo mundialista, no escribiré nada al respecto diferente a que a ese Colombia le gana cualquier equipo medianamente decente. Jugamos contra el peor Perú de las últimas décadas: un onceno sin testículos, o sin ovarios, para que no me digan machista. Y cuando mejoraron un poquito para empezar a parecerse a un equipo de profesionales, sin ser tampoco la virtuosidad materializada, complicaron a una selección que creyó que era mejor porque sí y se durmió en los laureles. Colombia recién perdió con uno de los peores equipos de la Eurocopa, Francia, y con otro que ni siquiera clasificó. Habrá que jugar mucho mejor en Quito para ver si le seguimos dando a Correa razones para no reanudar las relaciones bilaterales. El fútbol como instrumento de la geopolítica. Así que señores, no nos dejemos lavar el cerebro por los periodistas deportivos de este país (no puedo evitarlo). Colombia tendrá que hacer mucho más para clasificar a Sur África, y nosotros tendremos que ser mucho menos folclóricos!!!

Como la autocensura me impide hablar de periodistas o fútbol, hoy quiero convencerlos de que dejen de fumar.

Yo fumé durante 13 años y ya llevo 4 años, 2 meses y 5 días sin hacerlo. Creo que junto a las decisiones de casarme y separarme, ha sido lo más inteligente que he hecho durante la última década. Y creo que ha sido la década en que he hecho menos burradas, por tanto, el reconocimiento que hago a la decisión de dejar el Camel tiene más mérito.

No me acuerdo por qué decidí fumarme mi primer cigarrillo. Supongo que estaba borracho y que creía que así iba a levantar novia más rápido, o que pensé en uno de esos momentos de brutalidad adolescente que iba a parecer más adulto si me inyectaba humo y químicos en los pulmones. Con lo primero me equivoqué: por fumar, seguro dejé de conseguir potenciales novias no fumadoras. He oido más veces a no fumadoras decir que no besarían a un fumador, que a una niña diciendo que le gustaría tener un novio fumador, así ella también tenga la costumbre de hacerlo. En resumen, cuando de levantar se trata, el Marlboro casi siempre quita puntos.

En lo segundo acerté: Parecía más viejo si fumaba. Sólo que desde hace 4 años, 2 meses y 5 días trato de parecer más joven. Desde entonces, y a pesar de ser defensa, hago más goles jugando fútbol, y no por hacerlo contra peruanos o contra el elenco de Sábados Felices, sino porque, oh sorpresa!!, aguanto más tiempo en la cancha y puedo subir sin dejar a mi equipo con los calzones abajo en la retaguardia, por muy feo que haya podido sonar el comentario.

En cambio sí me acuerdo claramente de mi último cigarrillo: un Fortuna que me supo a mierda en una de las discotecas más chick de Barcelona, el 10 de abril de 2004. Creo que ayudó en algo vivir desde el 2000 en España, o Cataluña, para no herir a los muchos amigos nacionalistas que dejé al otro lado del charco. Allá fuman en ascensores, entre la entrada y el plato fuerte, en las salas de urgencias y hasta en los metros, así esté prohibido. Ayudó también en algo que un amigo me hiciera entender que meterse alquitrán en el cuerpo no era de machos sino de brutos.

Daniel Samper dice que el cigarrillo le ha matado más amigos y familiares que la violencia. Espero que no haya sido eso la causa de la mitomanía de su hermano, pero nunca se sabe.

Todo lo anterior aparte, fumar es maluco. Sabe feo y huele feo. Vale plata e implica una adicción, tan cuestionable como cualquier otra: el trago, la marihuana, los naipes o las pajas.

Pero creo que lo que más me emputa del cigarrillo es que mata al que lo fuma y al que está a su lado. A diferencia de los demás, es un vicio que irrespeta todos los principios básicos de la convivencia, incluso el del respeto de la individualidad. El alcohólico por lo menos no le jode el hígado al de al lado, puede que le joda la noche, pero no el hígado. El fumador no necesariamente se caga la rumba, pero si sus pulmones y los de los demás.

El cigarrillo es un vicio tan inutil como todos los demás pero adicionalmente, es el más irrespetuoso y desconsiderado. Es tan injusto como si por cada gol que se comiera Millos el reglamento ordenara quitarle un gol al Bucaramanga.

Que uno escoja libremente suicidarse a plazos no debe afectar la expectativa de vida de la gente que nos rodea, que si somos inteligentes, debería ser la gente que más queremos.

POST DATA (15 de Junio de 2008): Si Ecuador juega el miércoles como jugó en Buenos Aires hoy, estamos en problemas. Si Colombia juega ese día como jugó anoche en Lima, perdemos el invicto. Si yo jugara siempre como jugué esta mañana, no me debo arrepentir nunca de haber elegido ser economista.

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