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sábado, 30 de octubre de 2010

Cinco disfraces

Me gustan las festividades no religiosas, como el Halloween, que originalmente celebraba el fin de la cosecha veraniega en la cultura celta. Sinembargo, desconfío un poco de aquellos que desde ayer, que era apenas 28, fueron disfrazados a la oficina, al bar, a hacer sus compras, a misa. Bueno, ¡así fueran sin disfraz a misa!

Pero para unirme a la euforia comercial de este fin de semana, les dejo estas cinco imagenes imperdibles para la noche de los muertos:
1. Andrés Felipe, con poncho, carriel y sombrero, montado sobre un caballito de palo, gritando en la puerta de la casa de Nariño: "Triqui, triqui, Jaloguín, quiero dulces para mí, y si no me das, ¡te rompo la cara, marica!"
2. Tanja, la holandesa de las Farc, con la cara pintada de negro y un turbante hecho con una toalla roja y raída, diciendole al primo de Jojoy en un español de dudosa reputación: "Te odoro, amor mio"
3. Samuel Moreno, con una peluca del Pibe Valderrama, la manga de la camisa en el codo para que se le noten todas esas pulseritas hippies y un billete de 10.000 pesos en la mano gritándole a Petro: "Pasa ligera, la maldita primavera, pasa ligera, me hace daño sólo a mí".
4. Ingridcita, con un casco amarillo con linternita y una pica, un dummie de cartón de Juan Carlos Lecomte a su derecha y otro de Marc Gonsalves a la izquierda, disfrazada de minero chileno bígamo, a ver si así logra llamar la atención de la opinión pública nuevamente.
5. Petro con chivera, camiseta verde y un girasol en la mano gritando: "Yo vine porque quise, a mi no me pagaron"

No sé por qué nos hace tanta ilusión la llegada del 31 de octubre. Quizás sea porque todos los días del año vemos brujas, muertos y máscaras y en fines de semana como este podemos, por un ratico, sentirnos así más colombianos.

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