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jueves, 22 de julio de 2010

¡Qué (se) la chupen!


Mal si bombardeamos sin avisar (en eso estoy de acuerdo con los reclamos legítimos del gobierno ecuatoriano), mal si avisamos antes de hacerlo (como hizo el embajador ante la OEA hoy). ¿Qué credibilidad puede tener un payaso que rompe relaciones con un vecino mientras al lado, Maradona, que como desde el 11 de junio, hoy tampoco entendió nada de lo que pasaba? Las pruebas existen. Creo que por primera vez Colombia fue exitoso en hacerlas públicas, a diferencia de momentos recientes en los que fue bastante torpe en hacerlo.

Creo que la mejor prueba de que las evidencias merecen ser al menos examinadas es que el deschavetado decida romper relaciones con Colombia. Si todo es un invento del loquito del Ubérrimo, la credibilidad del señor de Caracas tendría una oportunidad de oro de mejorar, al dejar entrar mañana mismo a comisiones internacionales con el fin de determinar su veracidad.

Que vayan a Unasur, que vayan a Rusia, a Medio Oriente, a donde quieran. Que nos manden a la frontera los tanques. Que rompan relaciones. Pero con una condición: que nunca, pero nunca, las reestablezcan por favor. El mundo no podrá dar la espalda a quienes reconocen, por fin, que en la diplomacia está el éxito de las relaciones internacionales, de las que, por cierto, Chávez no tiene ni idea. El mundo tiene derecho a examinar lo que sucede en esta frontera. El mundo tiene el derecho, así como Colombia y Venezuela, a que se intervenga para desenmascarar al impostor.

Desfachateces como la de hoy sólo convencen a los poco convencidos, de que necesitamos, no siete bases norteamericanas en territorio colombiano, sino, de ser posible, unas 25. Señores Chávez, Chaderton, Maduro, Quini y Lalo, ¿No es más fácil, conveniente y estratégico romper definitivamente relaciones con un grupo alzado en armas que con un país que provee casi la mitad de los alimentos a Venezuela?

Lo de Chávez es tan imbécil como lo del novio que pillan con las manos "en las masas" siendo infiel, y soporta su defensa en una reivindicación del derecho a la privacidad. Chávez, al romper relaciones con Colombia, está vendiendo el sofá en el que descubrió a su esposa acostándose con el lechero, para solucionar el problema de infidelidad que acabó de descubrir.

Creo que hasta Bolívar debe estar revolcándose en la tumba. O bueno, ya no en la tumba porque ni muerto lo han dejado descansar los loquitos de Caracas.

Como dijo Dieguito, a mí que me la chupen, pero por ningún motivo esos payasitos medio locos que andan sueltos por el continente!

POSTDATA: Le dice un joven venezolano a su madre: "Mamá, mamá, me voy a la guerra con Colombia!!!!", y la madre le contesta entusiasmada: "Qué bueno mijo, aproveche y trae leche, carne y pan!!!".

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