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viernes, 19 de junio de 2009

Un alcalde de ambiente

Primero que todo, hoy aprovecho para pedir perdón por haber comparado a los jugadores de la selección Colombia de fútbol con hombres con problemas eréctiles. Aquellos a los que no se les para no merecen caer tan bajo.
Y ahora, si todavía alguien me lee, en especial después de mi desahogo futbolístico de la semana pasada, quisiera empezar recomendándole el video "Home" de Yann Arthus-Bertrand, que pueden encontrar en http://www.youtube.com/homeproject y que plasma, durante 90 exepcionales minutos valiéndose de imágenes panorámicas majestuosas, el brutal deterioro de las condiciones de vida en este planeta durante los últimos 50 años, como efecto de la acelerada urbanización, la expansión de la frontera agrícola, y también a los hábitos de consumo desenfrenados de sus habitantes. Es un llamado de atención con final optimista (muy raro en este tipo de documentales ambientales) que le abre los ojos, a quienes aún se niegan a reconocer el problema que tenemos todos quienes respiramos, bebemos, comemos y vivimos en este planeta.
Eso sí, si pueden verlo en inglés para evitar herir sus oídos con la narración en español de una Salma Hayek que pareció olvidar las tildes, mucho mejor.
Tildes aparte, el gobierno de Obama divulgó el pasado 16 de junio un reporte extenso sobre los efectos del cambio climático en Estados Unidos, que pueden encontrar en http://downloads.globalchange.gov/usimpacts/pdfs/climate-impacts-report.pdf y que es, por supuesto extrapolable a la situación en países como el nuestro, con costas sobre los dos océanos (u oceanos, como diría la Hayek en su pésima narración "atíldica").
Estoy convencido de que estamos tarde para modificar nuestros hábitos y ajustar nuestra escala de valores. Siempre lo digo: nada valdrá más que el aire limpio cuando el que respiramos no sea apto para nuestros pulmones. Hace 30 años, por ejemplo, era impensable que se vendiera agua embotellada en los supermercados, y mucho menos que se importara de Francia.
Por eso los invito a que midan su huella ecológica, un indicador que nos dice cuántos planetas necesitaríamos si toda la humanidad viviera y consumiera recursos naturales tal y como lo hacemos nosotros. Hace 4 años que me la medí por primera vez (la huella ecológica, lo otro me lo medí por primera vez hace mucho más) necesitaríamos 2 Tierras para vivir a mi ritmo de vida de ese entonces, si todos consumieran como yo. Hace un mes, el resultado fue 0.4. Afortunadamente, eso es lo que hacen los años y las invaluables enseñanzas de un hermano brillante. Lo que temo es que si me mido lo otro la tendencia sea la misma. En fin, su huella ecológica la pueden calcular en http://www.myfootprint.org/es/about_the_quiz/what_it_measures/. Los reto a que me ganen.
Pero toda esta carreta para poder echarle puyas a Samuelito, y a los que votaron por él, es decir, a la mayoría de quienes marcaron el tarjetón en las últimas elecciones municipales. El primero, un inepto, los segundos, con todo respeto, creo que se equivocaron flagrantemente. Que en el primer año los alcaldes no hacen nada, puede ser cierto, pero sólo cuando quien llega recibe una alcaldía anquilosada, quieta y poco exitosa. Pero este no fue el caso: Lucho fue un buen alcalde, y entregó su mandato con una dinámica que era muy difícil detener. Samuel lo ha logrado. ¿Reciclaje en Bogotá?, me suena, me suena. O me sonaba. ¿Contaminación sonora y visual? ¿Qué?, no le oigo bien.
Y en ámbitos diferentes al ambiental, me reservo mis comentarios para otro momento en que esté más emputado.
En cambio, Peñalosa, su contendor, acaba de ganar un premio ambiental en Gotemburgo por sus acciones en el campo del desarrollo sostenible, que se suma a los muchos reconocimientos que ha recibido en el tema de urbanismo.
Pues sí, Enrique Peñalosa se ganó el que llaman los entendidos (seguramente ninguno de los cuales votó por el Morenazo) el Nobel del medio ambiente por sus aportes a la sostenibilidad ambiental al promover las ciclorrutas, el transporte masivo (y a propósito ¿el Metro por el que eligieron al pelele dónde está?) y la movilidad peatonal en Bogotá. Es el primer latinoamericano en ganarlo (Al Gore, que seguramente tampoco le suena para nada a quienes votaron por Morenito, lo ganó en ediciones anteriores) y esperemos que no sea el último.
Yo estaré loco, pero si a Ingrid la nominan para el Nobel por no haber hecho nada, Peñalosa debería entrar en la baraja un año de estos.
Y seré iluso, pero quiero ver a ese señor sentado otra vez en el Palacio Liévano, para que le enseñe a los nietos del dictador cómo se gobierna para la gente del futuro y no para la del pasado.

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