Un buen preliminar para el sufrimiento y la tortura que se me viene encima. En 25 minutos empiezo a ver lo que seguro parecerá otro deporte: Bucaramanga- Tuluá. Que el dios del fútbol tenga piedad de mi, y que sus apóstoles me perdonen, porque sé que esto que estoy a punto de hacer es uno de los pecados capitales de un deporte que habla, desde hace un buen tiempo, catalán.
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